Rosa Gil con sus compañeras de laboratorio en Barcelona, hacia el año 1964.
Aparentemente, estas tres mujeres no tienen nada en común salvo, tal vez, haber tenido la generosidad de regalarme algunas lecciones que no olvidaré. Y es que, aunque todas y cada una de las personas que llegamos a conocer nos puedan cambiar de un modo u otro, algunas de ellas lo consiguen con una intensidad inusitada.
En mi caso, los encuentros sucedieron en Barcelona, Boston y Berlín, lugares donde aprendi de todas y cada una de estas tres científicas.
Rosa me puso nombre y me enseñó a ser valiente y a no rendirme. Sarah me abrió las puertas de su laboratorio en el MIT cuando nadie me conocía. Emmanuelle me demostró que hasta una eminencia de la ciencia pasa por momentos de grandes dudas existenciales. La primera tuvo que dejar su carrera por presiones de la familia. La otra es una cazadora de planetas y la tercera, una firme candidata a los premios Nobel. Son Rosa Gil, Sarah Seager y Emmanuelle Charpentier.
Estén atentos porque muy pronto llegan sus historias. Tres científicas.
Rosa Gil: la científica que no pudo ser
Sara Seager: la cazadora de planetas
Emmanuelle Charpentier: en el camino del Nobel
Las nanopartículas son extremadamente pequeñas y, al mismo tiempo, extraordinariamente fascinantes, por eso las llamo: Big Nano. Desde este blog, intentaré explicar las propiedades y posibles aplicaciones de los materials nanoscópicos, por qué hay que tener paciencia con lo que se conoce como nanotecnología y muchas más cosas. ¡Espero que lo disfruten tanto como yo!
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