Las señales contextuales que se han asociado con el consumo de cocaína pueden llegar a activar las conductas de búsqueda obsesiva de la sustancia y ansia por consumir (craving), lo que resulta en un gran obstáculo para la recuperación de la adicción.
Los investigadores utilizaron la monitorización de ratones in vivo, lo que permitió observar su cerebro en funcionamiento en tiempo real, a la vez que le administraban cocaína. Lo que encontraron fue que el consumo de la droga incrementaba de manera dramática la formación y acumulación de nuevas espinas dendríticas, cuyo número correlacionaba perfectamente con el que provoca el condicionamiento de preferencia por ciertos lugares. Por supuesto, estos lugares quedaban permanentemente "ligados" al consumo de cocaína. El cerebro establecía una nueva memoria, indicándole al ratón que en aquel sitio se encontraba esa fuerte "fuente de placer".
Los datos obtenidos sugieren que las nuevas espinas dentríticas formadas en el córtex prefrontal pueden estar involucradas en el aprendizaje de que en ciertos lugares se ha producido —y por lo tanto puede volver a producirse— el consumo de la droga.
La consolidación de estas nuevas conexiones es lo que provoca que cuando se vuelve a esos lugares en los que se ha consumido, se active la sensación de deseo irrefrenable de consumir que hace tan difícil la recuperación de la adicción.
Referencias
Muñoz-Cuevas F. J., Athilingam J., Piscopo D., Wilbrecht L. Cocaine-induced structural plasticity in frontal cortex correlates with conditioned place preference. Nature Neuroscience 2013, Oct;16(10):1367-9. doi: 10.1038/nn.3498. Epub 2013 Aug 25. PubMed PMID: 23974707; PubMed Central PMCID: PMC3940437.
Debemos dejar sitio para la duda o no habrá progreso ni aprendizaje.
—Richard Feynman
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