Comprender cómo se comportan realmente las personas, toman decisiones y responden a los programas de promoción de la salud, las políticas de salud pública nos permite ser capaces de identificar las barreras y facilitadores para la adopción de estilos de vida saludable.
El rol del diseño del comportamiento no es otro que el de ayudar a identificar los mecanismos que permiten a las personas reemplazar conductas no deseadas por otras más positivas para ellos a nivel de su salud.
El rol de la tecnología es básico al permitirnos incorporar elementos de diseño persuasivo que faciliten a las personas superar algunas de las barreras clásicas: relacionadas con su motivación, con su capacidad de llevar a cabo un comportamiento o con simplemente «olvidarse» de ello.