El reconocimiento olfativo es usado por numerosos insectos vectores de enfermedades para localizar a sus huéspedes. Se ha determinado, mediante el sistema de neurona vacía en Drosophila transgénica, el repertorio completo de proteínas receptores de olor en el mosquito Anopheles gambiae, el principal vector de la malaria en África subsahariana. Decenas de receptores muestran una respuesta intensa a componentes del sudor humano. Ello abre nuevas vías para el control de la malaria, ya sea mediante la interrupción de la detección del huésped o meidante la creación de trampas con falsos olores que atraigan al insecto.