En «El tribalismo de la verdad» [Investigación y Ciencia, mayo de 2018], Matthew Fisher, Joshua Knobe, Brent Strickland y Frank C. Keil argumentan que, en las respuestas a preguntas morales o políticas, el mundo está dividido en visiones objetivistas y relativistas, y que una perspectiva objetivista está ligada a argumentar para ganar, mientras que una relativista está ligada a argumentar para aprender. Creo que es posible una tercera perspectiva: la del aprendiz objetivista. De hecho, el método científico se basa en suponer que existe una verdad o razón objetiva tras los fenómenos observables, la cual es posible dilucidar por medio de experimentos bien diseñados.
Un diálogo abierto y franco sobre cuestiones para las cuales no hay una verdad objetiva, como si el queso crema vegetariano es sabroso o no, constituye otra forma de aprendizaje: aprendizaje de opinión. Las dificultades aparecen cuando una verdad objetiva se trata como una opinión, o viceversa. Hacerlo obstaculiza el aprendizaje.
Paul M. Kioko
Septiembre 2018
Revista digital en PDF
Revista en papel
Suscripción
Lo más comentado
Un artículo dice
La numerología pitagórica, los quarks y el nanocosmos
La muy aburrida coherencia de la física cuántica
No, la física cuántica no dice eso