Estas partículas tienen más energía que ninguna otra del universo. Su origen desconocido podría, sin embargo, hallarse bastante cerca.
A una cadencia aproximada de una por segundo, las partículas sub-atómicas penetran en la atmósfera terrestre portando la energía de una peña arrojada con fuerza. De este fenómeno se infiere que, en algún lugar del universo, hay fuerzas que pueden suministrar a un solo protón 100 millones de veces la energía alcanzable en nuestros aceleradores más potentes de partículas. ¿Dónde se halla esa fuente? ¿De qué modo acontece el proceso?
Sobre esas cuestiones vienen interrogándose los físicos desde el descubrimiento de los rayos cósmicos en 1912. (Aunque sabemos ya que tales entidades son en realidad partículas, se las sigue llamando "rayos".) El medio interestelar contiene núcleos atómicos de todos los elementos de la tabla periódica, que se mueven sometidos al influjo de campos eléctricos y magnéticos. Sin el efecto de apantallamiento de la atmósfera terrestre, los rayos cósmicos constituirían una seria amenaza contra la salud; de hecho, la gente que vive en regiones montañosas o viaja a menudo en avión recibe una apreciable dosis de radiación extra
Marzo 1997
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