Diríase que los mejores tratamientos disponibles obrasen milagros, pero son muy caros y no funcionan con todos los pacientes. ¿Qué deparará el futuro?
Disponer de una vacuna sería, desde luego, lo ideal para evitar la infección por el VIH e impedir el sida, el último estadio de la infección, que se produce cuando ya hay un grave deterioro de la inmunidad. Pero las perspectivas de desarrollo de una vacuna a corto plazo son poco alentadoras y las personas afectadas necesitan recibir atención. Son muchos los investigadores que, en consecuencia, se centran de momento en la consecución de mejoras en el tratamiento.
Hasta no hace muchos años la infección por el VIH era nuestra peor pesadilla, ya que era invariablemente una enfermedad progresiva y mortal, que privaba a sus víctimas de toda dignidad. Las actuaciones médicas no pretendían dominar al propio VIH, sino tratar las neumonías y el resto de las infecciones "oportunistas" graves resultantes del fracaso inmunológico.
Septiembre 1998
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