Este imponente cefalópodo constituye un excelente bioindicador para el estudio del impacto del cambio climático global y la contaminación antropogénica en la fisiología, el reclutamiento y las variaciones de biomasa en los ecosistemas marinos profundos.
MANUEL UHIA LIMA
Han transcurrido casi treinta años desde que se publicó en esta revista el artículo de Clyde Roper y Kenneth Boss sobre el calamar gigante Architeuthis [véase "El calamar gigante", por Clyde F. R. Roper y Kenneth J. Boss; Investigación y Ciencia, junio 1982]. Sugerimos ahora que dichos colosos marinos sean considerados invertebrados emblemáticos, a efectos de la conservación de la biodiversidad y de los ecosistemas. Nuestra propuesta se apoya en sus particularidades biológicas y ecológicas, que proporcionan luces para estudiar los efectos del cambio climático sobre la biodiversidad y el ambiente. Asimismo, el calamar gigante es un bioindicador de la salud de ecosistemas tan complejos como los cañones submarinos, que encierran una gran diversidad de hábitats y especies poco conocidas. Por fin, cabe resaltar que se trata de una especie amenazada por la pesca y las prospecciones acústicas en aguas profundas.
Durante los últimos años se ha ahondado en la biología de Architeuthis, pero son muchos todavía los enigmas pendientes. Sirva este artículo para revisar y actualizar los conocimientos sobre este formidable cefalópodo.
Mayo 2010
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