Un gran porcentaje de quienes presentan niveles elevados de colesterol durante la niñez, siguen mostrando cifras altas en la juventud y la edad adulta.
El progreso socio-económico experimentado en España durante las últimas décadas ha comportado una mejor nutrición infantil y la casi desaparición de las enfermedades carenciales. Pero ha supuesto también un aumento de los factores de riesgo cardiovasculares.
Consideremos la caridopatía isquémica. En España, la tasa de mortalidad por caridopatía isquémica es inferior a la de la mayoría de los países industrializados. Sólo Japón, Francia y Portugal están por debajo. Sin embargo, esta enfermedad sigue siendo una de las causas más frecuentes de muerte entre la población española, con tendencia al alza.
El riesgo de padecer cardiopatía isquémica está íntimamente relacionado con la presencia de placas ateroscleróticas en las arterias. Puesto que el proceso de formación de las placas es muy lento, probablemente la situación española actual, todavía privilegiada, sea la consecuencia de las costumbres y forma de vida de hace varias décadas. Pero ignoramos si seguiremos favorecidos en este aspecto o si los cambios recientes del modo de vida, que nos acercan a las pautas de los demás países industrializados, nos igualará en la incidencia de enfermedades cardiovasculares.
Mayo 1998
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