La física de partículas quizá conozca días de esplendor cuando funcione a pleno rendimiento en el CERN el acelerador más potente jamás construido. Mientras, el Tevatrón ha seguido comprobando la validez del modelo estándar y descubriendo nuevas partículas.
Cuando las partículas elementales interaccionan entre sí, no sólo se modifican algunas de sus características, sino que, en ocasiones, hasta su identidad fluctúa. Una partícula elemental puede trasmutarse, cambiar de nombre, de etiqueta, y recuperar su antigua naturaleza, en un proceso consecutivo de lapsos intermedios cortísimos, antes de desintegrarse en otras partículas. Esos cambios comportan unos efectos que los detectores de los aceleradores de partículas pueden distinguir. A punto de entrar en funcionamiento un acelerador de partículas que explorará nuevas energías, el más poderoso de los viejos colisionadores ha seguido midiendo tales cambios de identidad en regiones del modelo estándar de la física de partículas apenas exploradas por la experimentación.
El modelo estándar: Según el modelo estándar de la física de partículas, la materia se compone de quarks y leptones. Los quarks están sometidos a los cuatro tipos de interacción conocidos —electromagnética, débil, fuerte y gravitatoria—; los leptones, en cambio, no están sometidos a la interacción nuclear fuerte. En cualquier caso, la interacción electromagnética sólo afecta a las partículas que poseen carga eléctrica; la interacción gravitatoria, a las que poseen masa.
Diciembre 2008
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