Un estudio a escala europea revela que la flora alpina va ocupando gradualmente cotas más altas por efecto del calentamiento global.
Cortesía de José Luis Benito Alonso
Distintas aproximaciones sobre los cambios que experimentará la biodiversidad en el presente siglo predicen una reducción del hábitat alpino y, en última instancia, una desaparición a escala regional de numerosas plantas europeas de alta montaña. Se supone que el proceso está impulsado por el ascenso general de las especies vegetales bajo el efecto del calentamiento del clima. Sin embargo, hasta hace poco había escasos datos empíricos que confirmaran esta tendencia.
En este contexto, el proyecto GLORIA (por las siglas, en inglés, de Iniciativa para la Investigación y el Seguimiento Global de los Ambientes Alpinos), coordinado por un equipo de la Universidad de Viena y en el que participa nuestro grupo, entre otros, ha establecido una red mundial para conocer si el calentamiento global está, de hecho, afectando a la flora de alta montaña y, en caso afirmativo, en qué medida lo hace.
La originalidad del proyecto reside en que es la primera vez que se realiza un seguimiento coherente (con la misma metodología y de forma simultánea) de los efectos del calentamiento global sobre un ecosistema concreto, en este caso las comunidades de flora vascular alpina.
Mayo 2014
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