Pequeños restos de juguetes, botellas y envases continúan su vida en el mar.
cary wolinsky
Hoy por hoy, todos sabemos que los desechos plásticos que generamos cada año —millones de toneladas— perdurarán en el entorno durante siglos. Las consecuencias también son conocidas: focas atrapadas en redes de nailon, nutrias marinas asfixiadas por aros de polietileno o tortugas con las entrañas obstruidas por bolsas o juguetes de plástico.
Esta fotografía muestra los fragmentos de plástico recogidos en tan sólo una hora en una cala cercana a Gloucester, en Massachusetts. Se trata de un peligro menos conocido pero no por ello menos inquietante: pequeños trozos de plástico que, cada vez en mayor medida, se acumulan en los mares de todo el mundo. Resultan lesivos para la vida marina y, posiblemente, también para la salud humana.
Agosto 2010
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