El ginkgo es un árbol notable por muchas razones. Originario de Corea, China y Japón, adorna parques y aceras de ciudades de todo el mundo. Alcanza 40 metros de altura y vive más de 1000 años. Se conocen fósiles de ginkgo de más de 250 millones de años. Charles Darwin lo consideraba un "fósil viviente". Pero la razón principal de la fama que hoy le acompaña reside en el extracto que se obtiene de sus hojas en abanico.
Desde hace siglos la medicina china tradicional venía empleando el extracto de hojas de ginkgo. En nuestros días, el ginkgo biloba constituye quizás el tratamiento de herboristería más frecuente para reforzar las funciones cognitivas, es decir, mejorar la memoria, la capacidad de aprendizaje, la atención, el ánimo y así sucesivamente. (En algunos países su venta, sin embargo, está prohibida en herboristerías.) La administración alemana acaba de aprobar el uso del extracto para tratar las demencias. Con fondos del Instituto Nacional del Envejecimiento se está realizando, en los Estados Unidos, un ensayo clínico para evaluar la eficacia del ginkgo en el tratamiento de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer.
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