En Francia, este fármaco polémico se utiliza para interrumpir el embarazo. No fue ese, sin embargo, el fin que guió la síntesis del compuesto, que ofrece, además, múltiples aplicaciones.
En 1980, uno de nuestros colaboradores sintetizó una molécula con una propiedad inesperada. Similar, en su estructura química, a la hormona progesterona, se unía con idéntica firmeza a los receptores de progesterona en las células. Mas, en vez de desencadenar los efectos habituales de la hormona, la nueva sustancia los bloqueaba. Y, dado que la progesterona resultaba fundamental para mantener el embarazo, el descubrimiento de esta propiedad insólita abría la posibilidad de que el producto descubierto sirviera para su interrupción.
La sustancia, designada con el nombre de RU 486 (siglas de la compañía fabricante, la Roussel-Uclaf), se expende en Francia y es objeto de polémica en todo el mundo. La atención internacional —partidaria en el caso de los abortistas o contraria, en el de los antiabortistas— se ha centrado sobre el papel de la droga en la interrupción voluntaria del embarazo en las fases iniciales del mismo.
Bajo el nombre de mifepristone, la RU 486 se administra en forma de tableta junto a una pequeña dosis de prostaglandina, que aumenta la frecuencia y la intensidad de las contracciones uterinas necesarias para expulsar al embrión. La combinación de drogas se autoriza en Francia para interrumpir embarazos de hasta 49 días (contando desde el primero del último período menstrual). En ese país, entre la tercera y la cuarta parte de las mujeres que deciden abortar en estadios iniciales de la gestación eligen actualmente este método químico en vez de las prácticas quirúrgicas habituales.
Agosto 1990
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