Además de nuestro estilo de vida, con dietas hipercalóricas y sedentarismo, tóxicos ambientales como el bisfenol A (BPA) podrían desempeñar un papel importante en la actual epidemia de diabetes.
Datos de la Organización Mundial de la Salud y estudios epidemiológicos indican que las dos formas más comunes de diabetes (tipo 1 y tipo 2) están aumentando a una velocidad alarmante: casi 200 millones de personas en el mundo sufren diabetes y se estima que esta cifra se duplique para el año 2030. La actual epidemia de diabetes se debe en parte a nuestro estilo de vida, con dietas hipercalóricas y sedentarismo. Sin embargo, otros factores ambientales como la presencia de disruptores endocrinos, entre ellos el bisfenol A (BPA), podrían desempeñar también un papel importante.
La generación de diabetes de tipo 2, asociada a la obesidad, comienza con una disfunción de las células b. Estas células son las encargadas de producir y secretar la insulina, la única hormona de nuestro organismo con capacidad para disminuir la glucosa en sangre. Al producirse una falta de respuesta tisular a la insulina ("resistencia a la insulina"), las células b se ven obligadas a producir y secretar más insulina; ello genera un estrés que deriva en la muerte celular inducida (apoptosis), la consiguiente disminución de la masa de célulasb y la aparición de diabetes de tipo 2.
Abril 2010
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La evaluación de la seguridad sanitaria del bisfenol A está plagada de dificultades e incoherencias. La investigación sobre animales revela que este disruptor endocrino entraña riesgos notables.
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