Un sistema binario de enanas blancas descubierto hace poco se revela como un «laboratorio perfecto» para poner a prueba la teoría de la relatividad de Einstein.
NASA/CASEY REED (ADAPTACIÓN)
Las ondas gravitacionales constituyen una de las predicciones básicas de la teoría de la relatividad. Del mismo modo que el electromagnetismo nos enseña que una carga eléctrica acelerada radia ondas electromagnéticas (es decir, luz), la relatividad general predice que una masa en movimiento acelerado debería emitir radiación gravitatoria: perturbaciones locales en la estructura del espaciotiempo que se propagarían en forma de ondas.
Hasta ahora, sin embargo, ningún experimento ha logrado detectar ondas gravitacionales de manera directa. La interacción gravitatoria es tan débil que medir dichas perturbaciones requiere una sensibilidad técnica extrema, muy difícil de alcanzar en los laboratorios terrestres. Aunque en la actualidad existen varios proyectos en curso y, de cara al futuro, se han diseñado complejas misiones espaciales basadas en interferometría láser entre satélites, la observación directa de ondas gravitacionales probablemente se haga esperar unos años.
Abril 2013
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