
INVESTIGACIÓN Y CIENCIA SEGÚN AGUSTÍN RAYO
En el año 2001, la Real Academia Sueca de las Ciencias reconoció la labor de los economistas George Akerlof, Michael Spence y Joseph Stiglitz con el más alto honor que un economista puede recibir: el Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel.
En el caso de Akerlof, el galardón le fue otorgado por un artículo escrito más de treinta años antes sobre los mercados de limones. (Un «limón», en el sentido que aquí nos ocupa, se refiere a un automóvil defectuoso.) Si bien la idea principal del artículo resulta muy sencilla, sus implicaciones son enormes. El trabajo dio lugar a una nueva rama, la economía de la información, dedicada al estudio de los mercados con información asimétrica.
Imaginemos un mercado ideal de autos de segunda mano. Supongamos, en primer lugar, que hay un solo modelo a la venta: el Fiat Multipla 1998. Sin embargo, no todos los Multipla usados se encuentran en el mismo estado de conservación: algunos, de categoría «alta», se hallan
en excelentes condiciones, por lo que no requerirán más que un mantenimiento rutinario; otros, los de calidad «media», ocasionarán algunos problemas a sus nuevos dueños, pero no demasiado graves. Por último, los autos de categoría «baja» son limones: necesitarán reparaciones frecuentes y costosas. Por simplicidad, consideraremos que un tercio de los automóviles en venta pertenecen a cada clase.
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