
El petróleo crudo contiene centenares de hidrocarburos. Pero las refinerías estadounidenses convierten la mitad del total de crudo en gasolina, una mezcla de combustibles, sobre todo 2,2,4-trimetilpentano (cadena de ocho átomos de carbono) y heptano (de siete átomos de carbono). Cuanto más compleja es la cadena, más puede comprimirse la molécula antes de que se inflame espontáneamente, mayor es el índice de compresión del motor y, por tanto, mayor la potencia útil del mismo. La mezcla de ensayo para determinar el índice de octanos (octanaje) de una gasolina contiene 2,2,4-trimetilpentano y heptano (87 por ciento y 13 por ciento para una gasolina de "87 octanos").
Hace tiempo que las refinerías ensayan aditivos para aumentar el octanaje. El plomo tetraetilo dio buenos resultados, pero se descartó porque estropeaba los convertidores catalíticos. Los fabricantes se pasaron al éter butílico terciario metílico (MTBE, por sus siglas en inglés), pero se ha visto que contamina las aguas subterráneas; los gobiernos federales lo están prohibiendo. Una alternativa cada vez más extendida es el etanol, con un octanaje de 108 o 110; se comercializa con el nombre de gasohol una gasolina con un 10 por ciento de alcohol.
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