Las redes de neuronas artificiales pueden aprender a representar información compleja. Tales redes pueden contribuir a la comprensión de las facultades de aprendizaje del cerebro humano.
Constituye el cerebro una computadora muy notable. Es capaz de interpretar información imprecisa suministrada por los sentidos a un ritmo increíblemente veloz. Logra discernir un susurro en una sala ruidosa, un rostro en una callejuela mal iluminada y leer entre líneas en una declaración política. Y lo más impresionante de todo: el cerebro aprende sin instrucciones explícitas de ninguna clase a crear las representaciones internas que hacen posibles tales habilidades.
Mucho se ignora todavía sobre la forma en que el cerebro aprende por sí mismo a procesar información, así que las teorías abundan. Para contrastar tales hipótesis, mis colegas y yo hemos tratado de mimetizar los procesos cerebrales de aprendizaje creando redes de neuronas artificiales. Al construir estas redes de neuronas nos esforzamos primero en deducir los rasgos o características esenciales de las neuronas y de sus interconexiones; la segunda etapa consiste, típicamente, en preparar un programa de ordenador para la simulación de tales características.
Noviembre 1992
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