Las personas suelen tender a fijarse, bien en los sucesos buenos, bien en los malos, y es posible que una variación genética común subyazca a estas tendencias al optimismo o al pesimismo.
Wolfram Schroll, Corbis
Las personas suelen tender a fijarse, bien en los sucesos buenos, bien en los malos, y es posible que una variación genética común subyazca a estas tendencias al optimismo o al pesimismo. Un grupo de científicos de la Universidad de Essex, ha investigado la serotonina, un neurotransmisor vinculado al estado de ánimo, y ha estudiado las preferencias que un grupo de 97 voluntarios tiene por distintos tipos de imágenes. Las personas que sólo eran portadoras de versiones largas del gen de la proteína que transporta la serotonina y de la que dependen los niveles de este neurotransmisor en las células del cerebro, solían prestar atención a las imágenes agradables (fotografías de chocolate, por ejemplo), a la vez que evitaban las negativas (fotografías de arañas). Las personas que tenían una forma corta del gen mostraban las preferencias opuestas, aunque no tan marcadamente. Los resultados ayudan a explicar por qué algunas personas son menos propensas a la angustia y la depresión, y podrían llevar al descubrimiento de terapias que ayuden a quienes lo necesiten a ver la mitad llena del vaso.
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