Los instrumentos en órbitas bajas se están adueñando de los cielos.
Cubesat. [NASA]
El número de satélites en órbita alrededor de la Tierra, que aumentó a un ritmo moderado durante decenios, se ha disparado en los últimos años: en julio de 2019 había más de 2200 aparatos funcionando en el espacio. En las décadas de 1980 y 1990, la mayor actividad se registraba en las órbitas geosíncronas (azul), señala Jonathan McDowell, investigador del Centro Smithsoniano de Astrofísica de Harvard. Pero ahora la acción se ha trasladado a las órbitas terrestres más bajas (amarillo), añade McDowell, y responde cada vez más a nuevas empresas, en vez de a instituciones gubernamentales, militares o académicas. Hoy en día, lidera la ofensiva la compañía SpaceX, que está desplegando constelaciones de satélites Starlink de 260 kilogramos para proporcionar Internet de alta velocidad.
El repunte comenzó en torno a 2014, debido sobre todo a los cubesats, minisatélites de menos de 12 kilogramos que se lanzaron en grupos y permiten observar los cambios producidos en la Tierra día a día. Por ejemplo, los cubesats podrían revelar los flujos de personas alrededor de Wuhan durante el brote del nuevo coronavirus, o permitir que las imágenes de Google Earth mostraran coches adquiridos la semana pasada.
Agosto 2020
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