La fotografía científica revela estrategias sorprendentes de la reproducción vegetal.
A la zarzaparrilla india (Cryptolepis buchananii) se la encuentra encaramada en árboles y arbustos por toda la India, China y el sudeste de Asia, estirándose hacia el cielo para fructificar. Una vez seco, el fruto se abre en sentido longitudinal y el viento arrastra las semillas empenachadas. [LEVON BISS]
Cuando admiramos una planta sucede con frecuencia que las flores acaparan toda nuestra atención. Nadie pone en duda que los efímeros brotes florales puedan ser deslumbrantes. Pero lo que aparece una vez que los pétalos se marchitan y caen —los frutos y las semillas— es bello por derecho propio.
En su nuevo libro The hidden beauty of seeds & fruits: The botanical photography of Levon Biss [«La belleza oculta de las semillas y los frutos: La fotografía botánica de Levon Biss»], el autor retrata algunos de los ejemplos más sorprendentes e insólitos de los elementos vegetales más funcionales, que emergen una vez que la mayoría de las personas ha dejado de prestar atención a la planta. Los ejemplares de las fotografías proceden de la colección carpológica del Real Jardín Botánico de Edimburgo. Este tipo de colecciones ayudan a la conservación de las plantas porque permiten aprender acerca de su función. Cada espécimen frágil, seco y a menudo confuso representa una pequeña muestra del abanico de estrategias a los que recurre la vida para perpetuarse.
Diciembre 2021
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