El conservadurismo y la incompatibilidad de criterios de las clasificaciones internacionales de diagnóstico dificultan aún hoy la comprensión del autismo.
MARIXA DIONIS
En los últimos años, frente al esclarecimiento de los subtipos que integran los denominados trastornos generalizados del desarrollo (TGD), se ha extendido una verdadera confusión entre profesionales, investigadores y público no especializado en torno a la definición de los síntomas, categorías diferenciales y medidas de intervención para tratar tales psicopatologías.
Conviene, por tanto, dar respuesta a los dilemas que dichos trastornos plantean y comprobar la validez de los sistemas internacionales de clasificación, procurando la detección temprana e identificación de las necesidades específicas para la correcta intervención.
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