Los derivados de la marihuana contribuyen a reducir el crecimiento de tumores diversos, entre ellos, el cerebral.
martin jehnichen
La marihuana es una de las drogas no legales más utilizadas con fines recreativos en nuestra sociedad. Sin embargo, existe otra vertiente en la utilización de los derivados de la marihuana: su uso con fines terapéuticos. A lo largo de la historia de la humanidad, diversas culturas han utilizado extractos de cannabis con el objetivo de tratar distintas enfermedades. De acuerdo con esa idea, numerosos estudios realizados durante las tres últimas décadas del pasado siglo y la primera de este han puesto de manifiesto que existe una base científica que justifica tal práctica medicinal.
Hoy en día se encuentra bien establecida la capacidad del D9-tetrahidrocannabinol (THC), el principal principio activo de la marihuana, y de otros ligandos de los receptores de cannabinoides para atenuar los efectos secundarios asociados a determinados tratamientos antitumorales. Diversos fármacos que contienen THC u otros análogos sintéticos de este cannabinoide se han aprobado o están en vías de serlo en Estados Unidos, Canadá y algunos países europeos para su utilización como agentes antieméticos (inhibidores de la nausea y el vómito) y estimuladores del apetito en pacientes sometidos a tratamientos de quimioterapia.
Enero/Febrero 2012
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