Ted Grinthal, Berkeley Heights (Nueva Jersey). La autora Diana Kwon, en su artículo «La epidemia de la miopía» [Mente y Cerebro n.o 80, 2016] habla de cómo la luz solar puede reducir la probabilidad de que un niño desarrolle miopía. ¿Depende este efecto beneficioso de la longitud de onda de la luz o tiene que ver con la luz blanca? ¿Tendría la luz azul el mismo efecto? ¿Qué sucedería si el niño usase gafas de sol: se reduciría el efecto positivo de la luz solar? En este caso debería evaluarse el riesgo de la miopía con la posibilidad de sufrir lesiones en los ojos a causa de la exposición a una luz demasiado brillante.
Responde la autora. Efectivamente, los investigadores sugieren que el color importa. Han hallado que los polluelos y las cobayas que crecen bajo una luz roja se vuelven miopes, efecto que no sucede en los criados en un ambiente con luz azul. Incluso algunos estudios revelan que criar polluelos con luz azul puede provocarles hipermetropía. La luz solar contiene más longitudes de onda azules que la luz interior, lo cual apoya de nuevo a la necesidad de que los niños pasen más tiempo en el exterior para prevenir la miopía.
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