Se ha conseguido potenciar la capacidad de memoria en individuos normales y recuperarla y en los que padecen daño cerebral.
UNIDAD DE PSICOBIOLOGIA, INSTITUTO DE NEUROCIENCIAS / UNIVERSIDAD AUTONOMA DE BARCELONA
En sus quinientos millones de años de historia evolutiva, el cerebro ha venido desarrollando el conjunto de capacidades cognitivas que integran la mente y controlan el comportamiento de los humanos. Entre las capacidades mentales hay una básica y esencial, la memoria, un proceso intrínsecamente ligado al procesamiento cerebral de la información, que alcanza su cenit con el desarrollo de la neocorteza de los mamíferos. En esencia, la memoria es el almacén cerebral de nuestra experiencia personal, el registro fisiológico de aquello que aprendemos. Aprendizaje y memoria son dos procesos estrechamente ligados, como las dos caras de una misma moneda.
La expresión de la memoria, es decir, de lo aprendido, son los recuerdos y éstos, como la memoria misma, pueden ser implícitos y explícitos. La memoria implícita son los recuerdos básicamente inconscientes en que se basan nuestros hábitos mentales y motores. Es el modo en que percibimos una cara o una situación familiar, multiplicamos mentalmente, nos vestimos, caminamos o montamos en bicicleta. Es decir, es el tipo de memoria sobre cómo se hacen las cosas que solemos hacer.
Octubre/Diciembre 2002
Revista digital en PDF
Revista en papel
Suscripción
Lo más comentado
Un artículo dice
La numerología pitagórica, los quarks y el nanocosmos
La muy aburrida coherencia de la física cuántica
No, la física cuántica no dice eso