Los trabajadores que ocupan un alto cargo responden peor a las fármacos antidepresivos.
Las personas con profesiones de alto rango responden peor a la terapia con fármacos antidepresivos. Un equipo internacional dirigido por la psiquiatra Laura Mandelli, de la Universidad de Bolonia, analizó los datos de 654 pacientes con depresión mayor y en activo que recibían tratamiento farmacológico. Constataron que los sujetos que trabajaban como abogados, gerentes o científicos presentaban una menor respuesta a la terapia que los que se dedicaban a una actividad laboral de rango medio o bajo. El número de individuos resistentes a la terapia (se sometían por segunda vez a un tratamiento, pero sin éxito) era también más notable entre el primer grupo.
En concreto, los afectados que desempeñaban actividades de menor prestigio (vigilantes, personal de limpieza o camareros) mostraron una buena recuperación. Pero el mayor éxito terapéutico se registró entre las personas con un rango laboral intermedio (agentes de seguros, programadores y periodistas). Los autores solo pueden especular sobre las causas de estos resultados. Según indican, con frecuencia las profesiones más prestigiosas resultan más estresantes, lo cual supone un factor de riesgo en la depresión.
Este hallazgo contradice estudios anteriores que sostienen que la depresión suele prolongarse y que su tratamiento resulta menos eficaz en pacientes con un nivel socioeconómico bajo. Por lo general, estas investigaciones analizan solo los ingresos de los afectados, sin tener en cuenta el tipo de actividad laboral que desarrollan, critican Mandelli y sus colegas.
Fuente: European Neuropsychopharmacology, vol. 26, págs. 1320-1326, 2016
Septiembre/Octubre 2017
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