El mundo de los esquizofrénicos remeda, a veces, las intoxicaciones por drogas. De hecho, las anfetaminas y el LSD inducen procesos cerebrales semejantes a los del trastorno esquizofrénico.
Los rostros de los presentes se le figuraban máscaras grotescas. Su garganta estaba seca, como agarrotada. ''El tiempo y el espacio se confundían cada vez más, me derribó el temor a volverme loco.'' Así describía Albert Hofmann el primer ''viaje con LSD al mundo del terror'' de la historia de la humanidad. En 1943, este químico había efectuado un experimento consigo mismo. Ingirió una pequeña cantidad de un polvo cristalino ''sintetizado por él'' con un efecto devastador: ''creí que me había muerto. Mi yo permanecía suspendido en el espacio mientras desde el sofá contemplaba mi cuerpo muerto. Pude observar y registrar de forma nítida cómo mi alter ego deambulaba quejumbroso por el espacio''. Sólo 6 horas más tarde comenzó la recuperación paulatina.
Había iniciado con el LSD su camino hacia la investigación de las bases biológicas de la esquizofrenia en razón del efecto alucinógeno que producía, tan próximo a la sintomatología de los pacientes esquizofrénicos. Desde entonces se ha aislado una serie de sustancias psicotropas diferentes, que inducen síntomas psicóticos pasajeros entre las personas sanas. Estos ''modelos de psicosis'' facilitan el estudio sobre los fundamentos biológicos de los trastornos esquizofrénicos.
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Julio/Septiembre 2003
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