Ricardo Núñez Montero / Little Silverback
La joven gorila de las montañas, Kuhirva, llora la muerte de su bebé en la selva Bwindi de Uganda. Durante varias semanas, llevó el cadáver a su espalda y siguió acariciándolo. Este tipo de conducta se ha observado en otros animales, lo que apunta a que no solo el ser humano llora la muerte de sus congéneres.
El fotógrafo Ricardo Núñez Montero ganó con esta imagen el premio Fotógrafo de la vida salvaje 2018 en la categoría de «Comportamiento de los mamíferos».
Lo más comentado
La muy aburrida coherencia de la física cuántica
¿Tiene futuro un planeta abarrotado de habitantes?
Nanopsicología
El sonido de las bacterias sobre tambores de grafeno