Pensar en el animal doméstico podría ayudar a aumentar la productividad, alcanzar las metas y reducir las tensiones.
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La compañía de un amigo peludo puede parecer más apropiada para el tiempo libre u ocioso. No obstante, un estudio publicados en julio de 2012 en Journal of Research in Personality revela que encontrarse físicamente cerca del perro o gato, o incluso solo pensar en él, ayuda a sus dueños a plantearse más objetivos, sentir más seguridad en conseguirlos y manejar mejor el estrés.
Se asignó a los probandos una de un total de tres condiciones. En una de ellas, los sujetos disponían de su mascota; en otra, simplemente pensaban en ella, y en el tercer supuesto (de control), los probandos carecían de experiencia con animales de compañía. En un primer experimento, se pidió a los participantes que elaboraran una lista de objetivos y que evaluaran su confianza en lograrlos. Los sujetos que contaban con su mascota en la misma habitación así como aquellos que pensaban en ella identificaron más metas y se sintieron más seguros de lograrlas que los probandos del grupo de control. En una segunda prueba, los probandos desarrollaban una tarea cognitiva estresante a la vez que se medía su presión arterial. Los miembros de los dos grupos relacionados con la experiencia con mascotas presentaron una presión arterial más baja durante la actividad encomendada que los individuos de control. Parece ser, pues, que imaginar esa cara dulce y babosa podría bastar para calmar la mente y aumentar la productividad.
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