No todos los insomnes son iguales: mientras unos presentan nerviosismo, otros manifiestan síntomas de depresión.
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Dar vueltas y vueltas en la cama durante horas antes de caer en los brazos de Morfeo y despertarse muy temprano. Si se presentan estos síntomas durante al menos tres días a la semana y estos influyen en el rendimiento diurno, es probable que se sufra de insomnio. Un trastorno que, según las estimaciones, afecta a alrededor de un 10 por ciento de los adultos.
El insomnio puede deberse a numerosas causas; entre ellas, problemas fisiológicos (como la apnea) o enfermedades mentales (depresión). No obstante, para cerca de la cuarta parte de los casos no existe una explicación concluyente. En ese supuesto se habla de los «trastornos relacionados con el insomnio».
Tessa Blanken y otros investigadores del Instituto Neerlandés de Neurociencias acaban de identificar varios tipos de esta alteración. Para su estudio encuestaron a 4322 sujetos, alrededor de la mitad de los cuales padecían un trastorno relacionado con el insomnio. Les preguntaron sobre su historia personal, su personalidad y salud. A continuación, clasificaron las respuestas en cinco categorías, teniendo en cuenta la intensidad con que los síntomas afectaban el día a día de los entrevistados y qué síntomas predominaban, entre otros factores.
La categoría 1 describía a los individuos que sufrían un insomnio más grave: prácticamente no sentían emociones positivas, estaban exhaustos y se ponían muy nerviosos antes de acostarse.
Los sujetos pertenecientes a las categorías 2 y 3 presentaban una sintomatología moderada. Así, los de la categoría 2 no conseguían conciliar el sueño, sobre todo si habían experimentado situaciones de estrés. Los del grupo 3 también tenían problemas antes de ir a dormir, pero, al igual que las personas de la categoría 1, presentaban pocas emociones y pensamientos positivos.
Las categorías 4 y 5 englobaban casos «leves». Los afectados del grupo 4 llevaban tiempo lidiando con el insomnio y muchos habían tenido una infancia difícil. Por último, el grupo 5 se caracterizaba por presentar síntomas de cansancio y depresión.
Michael Schredl, psicólogo del Instituto Central de Salud Mental de Mannheim, quien no participó en el estudio, considera acertada esta clasificación del insomnio, pues permite ajustar la terapia a cada tipo de afectado. De hecho, Blanken y otros investigadores han confirmado que cada tipo de insomne reacciona de manera diferente a los tratamientos farmacológicos (con tranquilizantes, por ejemplo) o a la psicoterapia (entre ellas, la conductual).
Septiembre/Octubre 2019
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