Odile Romero Santo Tomás, neurofisióloga clínica experta en el tratamiento del insomnio, entre otros trastornos, advierte sobre la falta de cultura del sueño en la sociedad actual y la necesidad de aprender a dormir de manera sana y natural
Odile Romero Santo Tomás. Se licenció en medicina y cirugía y se especializó en neurofisiología clínica. Decidió dedicarse «de manera espontánea» al tratamiento de los trastornos del sueño, ámbito en el que destaca por ser experta en el tratamiento del insomnio, la hipersomnia, el síndrome de las piernas inquietas, el sonambulismo, la apnea del sueño y la narcolepsia, entre otras alteraciones del sueño. Trabaja en el Hospital Universitario Valle de Hebrón y en el Hospital Quirosalud, ambos en Barcelona.[Cortesía del Departamento de Comunicación del Hospital Valle de Hebrón]
¿Cuántas personas se estima que sufren insomnio hoy en día?
Se calcula que entre un 11 y un 12 por ciento de la población general padece insomnio.
¿Cómo se evalúa este trastorno?
La mayoría de los insomnios no necesitan pruebas complejas para su diagnóstico. Cuando ingresamos a los pacientes en las unidades del sueño de nuestro hospital, la mayoría de las veces se trata de alteraciones respiratorias o de trastornos neurológicos del sueño, como parasomnia, síndrome de piernas inquietas y epilepsias nocturnas. En los casos de insomnio, no necesitas ingresar al paciente toda la noche en el hospital y explorarlo mientras duerme, a no ser que sospeches que padece otro trastorno añadido, por ejemplo, movimiento de piernas, apnea o mala percepción del sueño.
¿Es frecuente esta comorbilidad?
No. Afortunadamente, porque la prevalencia de insomnio es muy alta y si fuera necesario ingresar a todos los pacientes con insomnio para su diagnóstico, saturariamos las unidades del sueño del país. De hecho, el insomnio es el trastorno del sueño más frecuente.
¿Por qué hay tanta gente a la que le cuesta dormir?
Dormir es una función biológica. Dormimos porque estamos vivos, lo mismo que respiramos, nos late el corazón o tenemos una función renal y una hepática. Pero existe una personalidad más propensa a sufrir insomnio. Es decir, determinados fenotipos favorecen que, ante un factor estresante, se desarrolle un problema de sueño. En la actualidad, se está estudiando este aspecto.
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