¿Siente bochorno? Seguramente deba agradecérselo a la corteza cingulada anterior pregenual (CCAp), una región cerebral con forma de bumerán situada detrás de los ojos. Científicos de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) y en Berkeley han sondeado en la neuroanatomía del sentimiento de vergüenza. Para ello, pidieron a personas sanas y a otras con enfermedades neurodegenerativas, que acompañasen, cantando en voz alta, la canción «My Girl» de los Temptations. Clamaron los metales, vibraron las cuerdas y los sujetos se pusieron a cantar a voz en cuello... después, se eliminaron la música y las voces profesionales. Los probandos tenían que enfrentarse a una filmación donde se les veía cantando en solitario; simultáneamente los investigadores medían el latir de su corazón, la humedad de sus palmas, sus retorcimientos y muecas. Los voluntarios con lesiones en la CCAp mostraron, en general, menos horror al ver sus actuaciones.
El estudio, presentado en abril de 2011 en el congreso de la Academia Americana de Neurología en Hawai, aporta nuevas pruebas de que esta región cerebral participa en numerosas emociones, en opinión de Virginia Sturm, de la UCSF. Entre ellas se cuentan las asociadas a la vergüenza, al orgullo y a la culpabilidad, sentimientos que se han de entender en el contexto de las reacciones que imaginan los demás. La vergüenza, conjetura Sturm, pudo haber evolucionado para inducirnos a reparar vínculos sociales que se resienten si no estamos a la altura de lo esperado.
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