El término trastorno de personalidad, como otros muchos, se utiliza con frecuencia en el lenguaje popular para caracterizar a personas con problemas de socialización y relaciones interpersonales. Aunque ello se acerca un tanto a la realidad científica, no siempre es así. Hay personas que atraviesan etapas difíciles, mas eso no significa que padezcan un trastorno de personalidad. Los trastornos de personalidad son patrones de comportamiento inadaptados, generalizados, persistentes y muy arraigados. La alteración se localiza en el carácter (rasgos) de la personalidad más que en su función. Los rasgos inadaptados pueden ser psicodinámicos, cognoscitivos y emocionales.
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