El alcohol es un compuesto neurotóxico, por lo que su abuso puede causar alteraciones estructurales y funcionales en el cerebro, llegando incluso a inducir neurodegeneración. Estudios post mórtem y de neuroimagen en personas afectadas de alcoholismo demuestran que el abuso de bebidas alcohólicas produce una reducción de la masa cerebral así como una disminución en la materia blanca, fenómenos que a su vez se asocian con disfunciones cognitivas y motoras. De hecho, se observan procesos de desmielinización y acontecen alteraciones conductuales en ciertas enfermedades neurodegenerativas o autoinmunitarias (esclerosis múltiple).
La mielina es una proteína que rodea a los axones en el sistema nervioso. Su función permite acelerar la conducción del impulso nervioso, lo cual resulta relevante en los procesos biológicos asociados al desarrollo del sistema nervioso central (SNC) [véase «Mielina», por P. Morell y W. T. Norton; Mente y cerebro n.º 46, 2011]. Sin embargo, se desconocen los mecanismos moleculares y celulares por los que el alcohol induce alteraciones en la mielina y desmielinización en el SNC.
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