Un estudio con ratones confirma que la combinación de actividad física y cognitiva contribuye a devolverle a ciertas neuronas alteradas su forma y conectividad originales.
MARÍA LLORENS-MARTÍN Y JESÚS ÁVILA
En contra de lo que se creía hasta el siglo pasado, existen dos regiones del cerebro en las que nacen nuevas neuronas a lo largo de la vida de una persona. Este fenómeno, conocido como neurogénesis adulta, se dibuja en la actualidad como una potencial diana terapéutica para el tratamiento de patologías neurodegenerativas, entre ellas, la enfermedad de Alzheimer.
El hipocampo constituye una de las dos áreas cerebrales en las que acontece la neurogénesis adulta. Esta región es una de las más importantes para el procesamiento de la memoria, pero también una de las más afectadas en el alzhéimer.
Según hemos comprobado en ratones, el avance del mal de Alzheimer provoca la pérdida progresiva de las neuronas granulares, una población específica de células nerviosas hipocampales y esenciales para la adquisición de nuevos recuerdos.
Noviembre/Diciembre 2013
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