La enfermedad de Alzheimer se ha vinculado a la agregación de la proteína beta-amiloide. En coherencia con ello, los péptidos que inhiben y disuelven la formación de agregados de dicha proteína se nos ofrecen como una posibilidad esperanzadora para el.
ROLAND WEIHRAUCH dpa/Corbis (fotografía); fotoilustracion: scientific american
Alois Alzheimer describió en 1906 una forma progresiva de demencia. La fase inicial de la enfermedad de Alzheimer (EA), así se llama en su honor, se caracteriza por la pérdida progresiva de la memoria de corto alcance. A medida que la enfermedad avanza, la pérdida de memoria se hace más evidente y aparecen trastornos del lenguaje y de la función opticoespacial, así como incapacitación para llevar a cabo tareas cotidianas, como cocinar o asearse. Suele acompañarse de estados de agitación, agresión y trastornos del sueño. En su fase final se aprecia rigidez muscular, dificultad para tragar, incontinencia, pérdida de autonomía y dificultad para el cuidado personal. El paciente puede sucumbir a una bronquitis, a una neumonía o a infecciones del tracto urinario.
Noviembre/Diciembre 2006
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