El verano de 1858, mientras prepara una tercera versión de la que iba a ser su obra maestra, Darwin recibe un artículo de Wallace que exponía unas ideas muy próximas a las suyas.
A principios de los años cincuenta del siglo XIX, Darwin conoce a Huxley, por entonces miembro del consejo de la Regia Sociedad de Londres. (Darwin será elegido para este mismo consejo en 1854.) En 1853, Huxley le invita a explicar sus trabajos sobre los cirrípedos; el mismo año, en ocasión de la décima edición de los Vestigios de la historia natural de la creación, la obra "transmutacionista" de Robert Chambers, que por entonces sigue teniendo éxito, Huxley publica una reseña virulenta donde ataca la transmutación de las especies; según él, la idea insensata de progreso y los argumentos planteados por Chambers carecen de fundamento científico. Darwin se muestra dudoso. Se siente inclinado a aprobar esas críticas, de las que aprecia la inteligencia y el rigor (el concepto de evolución de Chambers no coincide con el suyo); pero al mismo tiempo se pregunta si sus propios conceptos resistirían unos ataques de esa categoría.
Es la época de los enfrentamientos entre Huxley y Owen. El hippocampus minor no es más que una de las numerosas manzanas de la discordia, no siempre de orden teórico o científico, entre ambos naturalistas. Huxley es adversario de Owen y considera intolerables sus ataques contra Lyell (igual que Darwin y su grupo de amigos), pero es igualmente intransigente en su rechazo de la transmutación de las especies; es antimaltusiano. De todos modos, felicita en repetidas ocasiones a Darwin por su trabajo sobre los cirrípedos.
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