El cariño favorece más el aprendizaje infantil que el entrenamiento prematuro.
Muchos conatos de algunos padres por enseñar a sus retoños lo máximo posible lo antes posible producen situaciones harto grotescas. En Japón, son habituales las clases de inglés prenatales a partir del sexto mes de embarazo, pensadas como una de las muchas formas de mejorar la preparación del temido "juken", la prueba de admisión, para críos de dos años, en las guarderías de elite. Pero este método de aprendizaje tiene el mismo éxito que la enseñanza de los números a un embrión dando golpes en el vientre de la madre: nulo. Lise Eliot, neurobióloga del Instituto médico de Chicago, desenmascaró estas prácticas como estimulaciones adicionales totalmente inútiles, que no dejan ninguna huella en el cerebro en desarrollo.
Artículo incluido en
Es raro que los niños hablen antes del primer año. Pero sí pueden pensar. Mucho antes de que digan "mamá" aprenden a ordenar sus experiencias.
Octubre/Diciembre 2003
Revista digital en PDF
Revista en papel
Suscripción
Lo más comentado
Un artículo dice
¿Qué es la vida?
La tercera convergencia tecnológica, un viaje hacia atrás en el tiempo
No, la física cuántica no dice eso