El análisis anatómico y aerodinámico de especies fósiles y actuales nos revela que las aves evolucionaron a partir de dinosaurios carnívoros pequeños y moradores del suelo.
Hasta hace poco, el origen de las aves constituía uno de los grandes misterios de la biología. Difieren manifiestamente del resto de los organismos. Plumas, picos sin dientes, huesos huecos, pies prensiles, huesos del deseo, esternón vigoroso y espolones son componentes de una combinación de caracteres esqueléticos que ningún otro animal vivo comparte. Pues bien, más difícil resulta incluso hacerse una idea de los mecanismos evolutivos del plumaje y el vuelo.
Ello no ha impedido, sin embargo, que los hallazgos de nuevos fósiles y métodos de investigación de los últimos 20 años permitiera a los paleontólogos establecer que las aves descienden de los terópodos, dinosaurios carnívoros moradores del suelo. De la investigación ha derivado también una explicación coherente acerca de la conquista del aire por las aves primitivas.
Abril 1998
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