Para eliminar del organismo el virus de la inmunodeficiencia humana debería inducírsele a salir de sus reservorios y evitar que volviera a ocuparlos.
MARK HOOPER
Los tratamientos farmacológicos actuales eliminan el VIH, aunque no totalmente.
Para erradicar el VIH de las personas infectadas, hay que averiguar dónde se esconde y cómo atacarle en esos reservorios.
Descubrimientos recientes han sacado a la luz algunos de los escondites del VIH, convirtiéndolos en nuevas dianas terapéuticas.
A diferencia de los intentos de obtener una vacuna contra el VIH, fallidos, los esfuerzos encaminados al desarrollo de farmacoterapias constituyen un éxito resonante. Hasta la fecha, se han aprobado más de 25 medicamentos. Si se suministran correctamente combinados, interrumpen la replicación vírica; mantienen la concentración sanguínea del virus en valores tan bajos, que resultan indetectables mediante los análisis normales. Esos poderosos cócteles farmacológicos, las terapias antirretrovirales de gran eficacia (TAGE), han prolongado la vida y la salud de innumerables pacientes infectados. Sin embargo, los tratamientos actuales no curan la infección. Cuando se interrumpe la terapia, el virus resurge presto.
Una de las tareas principales a la que se enfrentan hoy los investigadores consiste en comprender cómo se las arregla el VIH para sobrevivir en compañía de estos potentes fármacos. Durante el último decenio, se han alcanzado conocimientos fundamentales a este respecto. Las respuestas revelarán, esperemos, si es posible la erradicación completa del virus en un paciente.
Febrero 2009
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El tratamiento antirretroviral se realiza mediante un cóctel de fármacos que inhibe la intervención del virus de la inmunodeficiencia humana.
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