Los experimentos de óptica cuántica indican que dos sucesos alejados pueden influirse mutuamente más deprisa que señal alguna que se transmitiese entre ellos.
A los experimentalistas que se dedican a la mecánica cuántica lo fantástico a menudo se les torna realidad. Así ha ocurrido en el estudio del fenómeno de la "no localidad" o "acción a distancia". La idea que bajo el mismo subyace pone en cuestión uno de los principios fundamentales de la física moderna: que nada viaja más deprisa que la luz.
Si una partícula desapareciese en una pared y reapareciese, casi instantáneamente, al otro lado, diríamos que se habría transgredido dicha regla. No vendrá mal una referencia a Lewis Carroll. Cuando Alicia pasa a través del espejo, su movimiento constituye en cierto sentido una acción a distancia, o un caso de no localidad: su paso sin esfuerzo por el objeto sólido es instantáneo. El comportamiento de la partícula no sería menos extraño; si calculásemos su velocidad media, encontraríamos que sería mayor que la de la luz.
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