El sistema de frenado automático inventado por Elisha Graves Otis en 1854 hizo posible el ascensor moderno, contribuyendo a crear un nuevo perfil de las ciudades al permitir edificios muy altos.
Aunque las cabrias manuales se remonten a la construcción de las pirámides, durante 4500 años la ausencia de un mecanismo de frenado a prueba de fallos hacía que aquellos primitivos ascensores fueran poco fiables y peligrosos para cargar personas. La situación cambió en mayo de 1854, cuando Elisha Graves Otis exhibió un sistema mecánico de mordazas y resortes que impedía la entrada en caída libre de las cajas de los ascensores.
Julio 1996
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