Para formar planetas gigantes habría que crear embriones por agregación de planetesimales. Estos, formados de materiales diversos, se agruparían para formar núcleos que absorberían gases de la nebulosa, transformándose en planetas gaseosos.
Se conoce actualmente una enorme variedad de sistemas planetarios extrasolares. Los métodos usados para descubrirlos confieren un predominio claro a los planetas situados muy cerca de sus estrellas correspondientes y de un tamaño parecido al de Júpiter, pero ya se atisba una gran diversidad de sistemas solares. Los hay con planetas jupiterinos que giran alrededor de sus estrellas en órbitas circulares, ya sean cercanas (a distancias menores que la de Mercurio) o lejanas (más o menos como la de Júpiter). Hay planetas dotados de órbitas muy elípticas, debido a las influencias gravitatorias de otros planetas o a causas diversas. Se piensa que estos planetas recién descubiertos son 'gigantes gaseosos', con lo que se quiere decir que la mayoría de su masa estaría formada por hidrógeno y helio, aunque pudieran tener un núcleo sólido. H. Levison, J. Lissauer y M. Duncan han creado una serie de modelos explicativos de los 'sistemas solares exteriores' posibles.
Uno de los esquemas generales para la formación de planetas gigantes consistiría en la creación inicial de un conjunto de 'embriones', cuyo tamaño estaría comprendido entre los de Marte y la Tierra, lo que se produciría por agregación de los 'planetesimales' que, con un tamaño aproximado de un kilómetro, se encontrarían en la nebulosa anular que rodea a las estrellas jóvenes. Los planetesimales se formarían a su vez de los materiales sólidos diversos que pudiesen condensarse en lugares concretos, lo que dependería mucho de la temperatura de la zona. Estos embriones se agruparían luego para formar los 'núcleos' de los planetas gigantes, de tamaños comprendidos entre cinco y veinte veces el de la Tierra, núcleos que procederían a absorber enormes cantidades de gases de la nebulosa, transformándose en planetas gigantes gaseosos antes de que la estrella central se encendiera y dispersase el gas restante.
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