Vertido de bronce en un molde metálico. [Moira Costa]
Cuando nuestros antepasados, hace pocos milenios, empezaron a usar los metales, la técnica experimentó un cambio notable. Hasta entonces, las herramientas eran de piedra; del pedernal se obtenían, por percusión o abrasión, los más diversos útiles. Con la aplicación del metal, las técnicas de moldeo en estado líquido y la forja nació la metalurgia, una industria que permitió fabricar artefactos precisos capaces de transformar el mundo con una eficacia inimaginable hasta entonces. Con mi compañero Antonio Palomo, arqueólogo especializado en técnica prehistórica, hemos pergeñado métodos que permiten reconstruir, con el instrumental mínimo, las artes metalúrgicas al uso durante la edad de los metales.
Los metales se caracterizan por su fusibilidad, plasticidad en caliente y tenacidad en frío. Debido a su reactividad química, escasean (en estado puro) en la naturaleza. Dado que suelen aparecer en forma de compuestos, el hombre prehistórico desarrolló métodos para extraerlos de los minerales en que se encontraban combinados.
Presentamos aquí un experimento diseñado para obtener bronce, una aleación metálica, a partir de minerales de cobre y estaño. El cobre puede encontrarse con facilidad en forma de carbonato básico; el estaño, en forma de óxido. Extraer el metal de un mineral exige un gran dominio de la pirotecnia, ya que las reacciones químicas que se desarrollan requieren energías elevadas para romper los enlaces químicos del mineral.
Marzo 2005
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