Justo ayer pasó por el perihelio, punto de su órbita más cercano al Sol, el cometa C/2020 F3 NEOWISE. Su nombre lo ha tomado del telescopio espacial que NASA posee en el rango infrarrojo NEOWISE que lo descubrió el pasado 27 de marzo de este mismo año. Es una fortuna disponer de este telescopio dado que en esa longitud de onda tanto asteroides como cometas son varios órdenes de magnitud más brillantes que en el rango visible. Todo ello hace que este telescopio sea el mejor ejemplo de la instrumentación que esperamos nos proteja de casuales visitantes en ruta de colisión directa contra la Tierra. No debemos olvidar que NEOWISE también descubrió 2010 TK7 el primer asteroide Troyano de la Tierra. Ese objeto, que posee unos 150-500 metros de diámetro, se mueve coorbitando la órbita de nuestro planeta pero a unos 60 grados de distancia angular, en una región segura de los denominados puntos de Lagrange.
Acostumbrados a cometas que se desintegran cerca del Sol, algo no sorprendente dado que son objetos apilados ricos en compuestos volátiles y bastante frágiles, en este campo no es fácil hacer predicciones. Esta vez sí que este objeto logró sobrevivir a su paso por el perihelio y, para disfrute de muchos, ya podemos verlo justo al amanecer. La caprichosa geometría orbital hace que, aunque su mayor proximidad a la Tierra sea el próximo 23 de julio a unos más que lejanos 103 millones de km, sea particularmente visible en las próximas dos semanas.
COMETAS EXCÉNTRICOS Y DESPISTADOS
Estamos frente a un cometa que sigue una órbita casi parabólica, su excentricidad es 0.99921, con un período orbital que se está todavía precisando pero que debe rondar los 6.500 años. No suelen existir observaciones previas de estos cometas de período tan largo, a no ser las meticulosamente tomadas hace más de mil años por astrónomos chinos para cometas de períodos bastante más cortos. Estos cometas aparecen de repente y desde todas las direcciones por lo que resulta especialmente importante disponer de telescopios como NEOWISE. Afortunadamente se estima que un cometa con potencial catastrófico de un diámetro aproximado de 1 km podría golpear nuestro planeta en escalas temporales de unos 100 millones de años. Además, posee un movimiento retrógrado, es decir, no se desplaza en el mismo sentido que los planetas y la mayoría de cuerpos menores sino al contrario. Este hecho puede estar ligado a las perturbaciones que pudo sufrir en el pasado o a la casual supervivencia ligada a una órbita alejada y de alta inclinación que podría haberle evitado un encuentro gravitatorio fatal a algún planeta.
¿CÓMO OBSERVARLO?
Para empezar, cabe insistir en que es un cometa visible a simple vista pero cabe recordar que, dada su pequeña distancia angular (que los astrónomos denominamos elongación) al Sol y que lo veremos en plenas luces del alba, lo distinguiremos mejor con unos prismáticos. Es también preciso decir que deberemos tener un horizonte NE lo más despejado de obstáculos para así poder verlo antes de que amanezca. Para empezar este reto hay que buscar hacia el NE la brillante estrella Capella, la más brillante de la constelación de Auriga (el denominado "cochero") y bajar desde ella hacia el horizonte hasta encontrarlo. La carta celeste de la Figura 3 muestra precisamente su evolución en los próximos días, siendo muy fácil de identificar debajo de Auriga. Si tenemos dudas cojamos los prismáticos y barramos el horizonte NE justo al amanecer hasta dar con él. Su extensa cola lo hará bien fácil de localizar. Y así seguirá en los próximos amaneceres pero, conforme se vaya alejando del Sol y ganando mayor elongación, también irá perdiendo magnitud por lo excéntrica de su órbita. En las próximas semanas podrá también observarse en el cielo de la tarde, hacia el NO, surcando el firmamento con su cola entre las constelaciones de la Osa Mayor y Leo. Hoy 12 de julio se encuentra en torno a magnitud +1.5 pero es posible que el día 21 a pesar de estar el doble de distanciado angularmente del Sol, su magnitud se encuentre ya en +3.5, requiriendo el uso de prismáticos o de un pequeño telescopio. Sea como fuese, ahora es el momento de disfrutar de este precioso cometa que está haciendo las delícias de los aficionados.
Asteroides, cometas y planetas nos proporcionan meteoritos: muestras únicas e irrepetibles llegadas desde lejanos rincones del Sistema Solar. Sus materiales son auténticos fósiles de la creación y datan procesos acaecidos hace miles de millones de años. Acompañadme en este viaje hacia los orígenes...
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