Se ha descubierto un órgano sensorial que coordina la alimentación mediante arremetida de los rorcuales.
Rorcual común. [Wikimedia Commons]
La entrada de agua se ve facilitada por una serie de especializaciones morfológicas y mecanismos físicos peculiares, como el gran tamaño del cráneo y las mandíbulas, además de una cavidad bucal muy extensible. La articulación mandibular ofrece una conexión flexible entre el cráneo y las mandíbulas, lo que posibilita una abertura de casi 90 grados. Además, el cráneo posee una tercera articulación, la sínfisis mandibular, que conecta las mandíbulas en el centro del maxilar inferior. Esta conexión no se halla fusionada como en otros vertebrados y, además, presenta una composición en fibrocartílago que le da una mayor flexibilidad. Con esta articulación especializada, las mandíbulas fuertemente curvadas pueden girar hacia fuera y captar un gran volumen de agua.
No obstante, no se conoce en profundidad la relación funcional entre las características morfológicas que permiten la alimentación mediante arremetida del rorcual. Ahora se ha descubierto un órgano sensorial ubicado en la sínfisis que podría desempeñar un papel esencial en la alimentación. Se ha observado que ese órgano envía las señales necesarias al cerebro para que este coordine las fases de inicio, modulación y final de la captación de agua, lo que concuerda con los modelos hidrodinámicos de flujo no uniforme y con los datos sobre los movimientos del rorcual obtenidos a partir de sensores electrónicos.
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- IyC