Sacerdote y físico, Georges Lemaître fue uno de los fundadores de la teoría de la gran explosión. Algunas de sus intuiciones, que defendió incluso contra el mismo Einstein, se han revelado, cincuenta años más tarde, de una importancia capital.
En 1933 Albert Einstein dio una serie de clases en la Fundación Universitaria de Bruselas. Cuando un colega le preguntó si le habían comprendido bien todos los oyentes, respondió: "El profesor De Donder quizás, el canónigo Lemaître sin duda, los demás creo que no".
Se considera a Georges Lemaître uno de los fundadores de la teoría de la gran explosión ("big bang"), en la que se basa la cosmología moderna. Como fue además hombre de fe, algunos han pretendido que la hipótesis de un cataclismo originario del universo en una fecha determinada del pasado constituía, en su intención, una justificación científica de la creación bíblica del mundo.
Así, el astrónomo británico Fred Hoyle, partidario, por razones filosóficas, de un modelo de universo eterno, acuñó la expresión peyorativa "big bang" para ridiculizar las ideas desarrolladas por Lemaître. Ironías del destino, esa expresión se usa hoy, sin connotaciones negativas, para designar una teoría respaldada desde entonces por numerosos hechos experimentales. En cuanto a las convicciones científicas de Lemaître, se fundaban no en su fe (siempre supo evitar toda confusión entre ciencia y creencia), sino en argumentos matemáticos y físicos de sólido fuste. Algunos momentos señalados de su carrera esclarecen la importancia científica de varias de sus intuiciones.
Abril 2002
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