Por fin, en Ruanda el terrible derramamiento de sangre había concluido. Alphonsine y su familia regresaban a su hogar cuando la niña pisó una mina camuflada. En el hospital de Kigali, regido por EMERGENCY, una organización asistencial, otros médicos y yo hicimos cuanto pudimos para curar las lesiones. La explosión había destrozado las piernas de Alphonsine y fracturado su antebrazo izquierdo. Hubo que amputar ambas piernas por encima de las rodillas. Su hermana sufría una herida penetrante en el cerebro producida por un fragmento metálico; no llegó a recuperar el conocimiento y murió seis horas después de la intervención. Su padre, que iba rezagado unos metros de distancia de las dos niñas, presentaba sólo pequeñas heridas múltiples en el pecho.
En mi calidad de cirujano de EMERGENCY, he tratado a numerosos niños como Alphonsine y su hermana, víctimas de una nueva clase de guerra. En su gran mayoría, los conflictos modernos no son entre países, sino domésticos: guerras civiles, luchas secesionistas, "limpiezas" étnicas y raciales o campañas terroristas. Hay auténticos ejércitos de soldados irregulares que, sin uniforme, luchan con armas devastadoras en medio de zonas densamente pobladas. Para evitar ser descubiertos, muchos grupos armados se mezclan con la población. A veces, emplean incluso a los civiles como parapetos. En numerosísimas ocasiones, la estrategia militar de un ejército se basa en emplear a grupos civiles como blancos y aterrorizarlos
Lo más comentado
Diccionario de física cuántica: entrelazamiento
Sinopsis del siglo XXI
¿Sería posible la vida sin el cromosoma Y?
¿Nos controla el inconsciente?