El comercio entre ambos países aumenta las emisiones globales de dióxido de carbono.
HoleInTheBucket/THINKSTOCK
Si el comercio bilateral entre España y China no existiera, en el año 2005 las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) se habrían reducido en 29.667 kilotoneladas. Un comercio internacional que, si bien resulta beneficioso para ambos países en términos económicos, compromete la sostenibilidad ambiental del planeta y confirma la hipótesis del refugio de contaminación (según la cual, las empresas sitúan su producción en los países con una legislación ambiental más laxa). Este es el principal resultado del trabajo que nuestro grupo de investigación publicó el año pasado en Energy Economics.
La metodología propuesta en nuestro estudio implica el desarrollo de la balanza de emisiones evitadas. Dicha balanza se obtiene a partir de la diferencia entre las emisiones derivadas de la producción de los bienes exportados por un país y las emisiones evitadas por los bienes importados (es decir, las emisiones que se generarían si se produjera dentro del país lo que se importa de otro). Este cálculo permite determinar si el comercio entre dos áreas produce un impacto positivo o negativo sobre el medio en términos de emisiones de CO2.
Las diferencias en intensidad energética y contaminación entre China y España (los sistemas de producción en China consumen más energía y son más contaminantes), y el importante déficit comercial español (importamos mucho más de lo que exportamos) se hallan detrás del aumento global de emisiones detectado. China sustenta su crecimiento económico en el uso del carbón como principal fuente energética, más barata pero, al mismo tiempo, muy costosa en términos de emisiones de CO2.
Abril 2014
Revista digital en PDF
Revista en papel
Suscripción
Lo más comentado
Diccionario de física cuántica: entrelazamiento
Sinopsis del siglo XXI
¿Sería posible la vida sin el cromosoma Y?
¿Nos controla el inconsciente?